Se sentaban extremadamente monstruo un hombro en el del companero, en un tanteo sobre darse bochorno
y en un segundo preciso, cuando el barco hizo un circulacion y la brillo y la escala de grises de el horizonte se combinaron sobre rapido con extraordinaria atractivo, los vi cambiar una risita rapida, fugaz, parecida a un beso o la caricia.
Parecian felices. Dos tipos con fortuna, pense. Por motivo de que viendolos alla, en aquella tarde desabrido, a bordo del vaporetto que los llevaba como co...
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